Es el evangelio, el verbo, la palabra viva, que ilumina lo mismo a fieles que a infieles. Síntesis viviente o bien mejor dicho, Matesis, existencia. Academia que realmente tiene vida por el hecho de que es ensayo (op cit pág. 10)

Es el evangelio, el verbo, la palabra viva, que ilumina lo mismo a fieles que a infieles. Síntesis viviente o bien mejor dicho, Matesis, existencia. Academia que realmente tiene vida por el hecho de que es ensayo (op cit pág. 10)
Fíjate en sus manos, son manos de masajista, prestas a darlo todo. Convierte su profesión en un regalo para sus encuentros con hombres o bien mujeres, con los que desea pasar un buen rato. Laila es una escort de gran lujo dispuesta a divertirse.
Mientras está de espaldas, jale las piernas hacia adentro a fin de que sus pies queden planos sobre la superficie. Parecerá que estás listo para una posición sentada, pero una pierna se extenderá para quedar recostada.
Como stripper profesional que soy, mi cuerpo se mueve como una auténtica fiera salvaje en la selva de tu cama. Muy elegante de formas y movimientos, activa y, llevando si uno quiere, la iniciativa.
Hubo una época en que trataba de mantener conversaciones normales con las mujeres que me gustaban. Habría jurado que ellas hacían cosas extrañas pero, estaba tan inmerso en procurar agradarles, que no le daba demasiadas vueltas al tema.
Seguramente recuerdes que cuando eras pequeño, la mayoría de las veces que deseabas algo de tus padres y estos te afirmaban que no, era solo cuestión de suplicar y poco y sabias que conseguirías cualquier cosa.
Este abismo se ubica, por poner un ejemplo, entre que me escuchan y yo que les hablo. Procuramos comunicarnos, pero entre nosotros ninguna comunicación podrá suprimir una diferencia primera. Si se mueren, no seré quien muera. Somos, y , seres discontinuos.
La verdad es que no había bastante gente que me pareciese interesante, pero como puedes filtrar por gustos, aficiones, etcétera, procuré personas que hubiesen estado implicadas como voluntarias en alguna causa.
Estos inconvenientes se superan con un poco de curiosidad y un simple espejo. El auténtico problema es que la zona anal ha sido cargada con una alta dosis de prohibición, incluso mayor que la clásica oposición a los órganos genitales.
Puedes chupetear el cuello de tu compañero (una zona enormemente erógena), también conocido como hickie. Puede tener una mala reputación, como si estuviese marcando su territorio (debido a la posible contusión). Mas se siente bien, sin embargo.